Tu banco nunca te pedirá claves completas por teléfono. Si tienes dudas, cuelga y llama tú al número oficial de tu entidad. Los bancos españoles tienen protocolos muy claros: nunca solicitan datos confidenciales por llamada no programada. Además, puedes activar notificaciones push que te avisan de cualquier operación en tiempo real.

Nunca hagas clic. Los SMS de smishing imitan a la perfección mensajes de bancos, Hacienda o empresas conocidas. Revisa la URL antes de hacer clic: las legítimas suelen ser cortas y terminan en dominios oficiales (.es para entidades españolas). Si el mensaje crea urgencia ("tu cuenta será bloqueada"), es casi seguro que es falso.

Nunca compartas tu DNI completo, claves de acceso bancario, códigos de verificación o números de tarjeta completos. En redes sociales, evita publicar fechas de nacimiento, lugares exactos o fotos con información personal visible. Los estafadores construyen perfiles detallados con pequeños fragmentos de información que compartes sin darte cuenta.

Primero, contacta inmediatamente con tu banco para bloquear operaciones. Después, denuncia en la Guardia Civil (grupo de delitos telemáticos) o Policía Nacional. La CNMC también tiene un servicio específico para fraudes. Guarda todas las pruebas: SMS, emails, capturas de pantalla. En casos graves, considera asesoramiento legal especializado.

Las aplicaciones oficiales de bancos españoles cumplen estrictos estándares de seguridad. Usan cifrado de extremo a extremo, autenticación multifactor y monitorean actividad sospechosa 24/7. Sin embargo, debes descargarlas solo desde tiendas oficiales, mantenerlas actualizadas y nunca usarlas en WiFi público. La biometría (huella, Face ID) añade una capa extra de protección muy recomendable.